Los policías municipales de Madrid, sin drogotest para hacer controles de droga a los conductores
oct 15th, 2013 | By Roberto R. Ballesteros
La mayoría de ayuntamientos grandes de España cuenta ya con máquinas para detectar el nivel de sustancias tóxicas de los conductores, herramientas también conocidas como drogotest.
Hace casi dos años comenzaron a adquirirlas los primeros consistorios (Arroyomolinos y otros pueblos de Madrid entre ellos) y hoy en día está bastante generalizado el uso de estos dispositivos por parte tanto de las policías locales de las ciudades como de la Guardia Civil.
En Madrid, sin embargo, aún no están instalados. No existe ni un solo artilugio de este tipo en la capital de España que pueda medir en pocos minutos el nivel de droga que una persona tiene en el cuerpo.
Según fuentes policiales, cuando existen dudas sobre si una persona está conduciendo bajo los efectos de sustancias psicotrópicas, la única opción es ir al hospital a que le hagan unos análisis de sangre.
Este método, que en el caso de los controles de alcoholemia se realiza como prueba de contraste, no es el más práctico, puesto que requiere más tiempo y, además, en el caso de que el análisis salga negativo, será la Administración municipal la que se haga cargo de la factura.
“Yo lo he hecho muy pocas veces, solo cuando estaba muy seguro; una vez, por ejemplo, cuando el conductor estaba consumiendo drogas delante de nosotros“, relata un agente.
Toda esta parafernalia que los policías municipales tienen que montar para comprobar el nivel de droga de una persona lleva a que en la práctica “no se realicen controles de forma preventiva”, indican las fuentes consultadas.
La ventaja de estos aparatos –los drogotest– es que permiten determinar en muy pocos minutos y en el mismo lugar en el que se ha retenido momentáneamente al vehículo si el conductor ha tomado sustancias estupefacientes con una fiabilidad muy elevada.
Los drogotest tienen capacidad para distinguir siete tipos de drogas: las anfetaminas, las metanfetaminas, el cannabis, la marihuana, los opiáceos, las benzodiacepinas y la cocaína.
Al igual que ocurre con las pruebas de alcoholemia, los conductores que sean requeridos por los agentes competentes están obligados a someterse a los test de detección de droga.