MÁLAGA
El policía que evitó la tragedia
Un subinspector de Fuengirola le salva la vida a un joven de 26 a?os que pretendía arrojarse al vacío desde una octava planta
16.03.08 - TEXTO: JUAN CANO / MÁLAGA
ESA noche durmió mejor que nunca. Estuvo al filo de la navaja, a punto de caer desde una octava planta arrastrado por el peso de un joven que pretendía terminar con todo. Se jugó la vida en un segundo. Doble o nada. Y ganó. Fue un sue?o plácido. Había salvado la vida de un hombre, y podía despertar para contarlo.
Dos y media de la tarde del pasado viernes. Por radio se escucha un aviso de última hora para el turno de ma?ana. Un joven pretende arrojarse al vacío desde la azotea de un octavo piso en el paseo marítimo de Fuengirola. El subinspector Diego Conejo (41 a?os) y su compa?ero acudieron al lugar junto a otra unidad de la Brigada de Seguridad Ciudadana.
El joven, de 26 a?os y de origen polaco, rompió la cristalera de la terraza y se coló en la azotea. Estaba sentado en un peque?o muro con el cuerpo a punto de caer. Los agentes entablaron conversación con él desde un balcón colindante, pero no conseguían controlar la situación.
?Ahora vamos a hablar?
?Entonces, le pedí que esperase y me colé por la cristalera que él había roto?, relata el subinspector. ?Me quité la corbata y el jersey, porque el azul tira para atrás; dejé en el suelo el arma, la defensa y el correaje, y le dije: 'Ahora vamos a hablar'?.
Diego observó que el joven era más alto y bastante más corpulento que él. De complexión atlética, tenía perfecto conocimiento de quiénes eran los mandos de la policía y de los bomberos y de cómo se estaba desarrollando el dispositivo, ya que había pertenecido a comandos especiales de Polonia.
?Me pidió que no me acercara?, recuerda el subinspector. ?Yo le pregunté si quería algo de beber, y pidió una cerveza. Un vecino nos trajo una y, cuando fui a dejársela en el muro, me dijo algo que me sorprendió: 'No me agarres, porque te vas a venir conmigo'?.
Los minutos seguían pasando y el joven no deponía de su idea. ?Me pidió que me despidiera de su madre, que le dijera que la quería mucho, y hacía ademán de saltar?, relata el policía. ?Yo le pedí por favor que no lo hiciera, que me iba a amargar la vida, porque yo no había visto nunca a nadie morir así y no iba a poder olvidarlo. Él me contestó que no mirara?.
Pero aún había una oportunidad. El joven se giró para despedirse de los demás policías y, entonces, Diego saltó y lo agarró. ?Recuerdo que él me arrastraba, es más pesado que yo, pero en ese momento saltaron mis compa?eros y los bomberos, y entre todos lo sujetamos?, cuenta.
Ellos lo tranquilizaron y los médicos lo sedaron. El joven polaco ya está recuperándose en su casa. ?He hablado con su madre y me ha dicho que está bien. Me ha dado las gracias. Yo estoy muy orgulloso. Es la mejor intervención que he hecho en 18 a?os de servicio?, concluye.