Si este dato es cierto es la primera batalla que hemos ganado como colectivo, y eso es para estar orgullosos, pero no es tiempo de celebraciones, sino de tomar conciencia de nuestra fuerza y seguir tirando hacia delante. Nuestro futuro es nuestro, nuestro tiempo, nuestras vidas, y si nos ponemos chulos hasta la calle es nuestra. Un policía que está en la calle sabe que en algunos momentos y con determinadas personas ha de ser chulo, es decir, ha de demostrar que él es el que manda porque así lo establece el contrato social, y esa herramienta la sabemos utilizar, pues utilicémosla contra esos que nos han ninguneado, contra esos que nos llamaron tontos en nuestra cara, que sepan que nosotros lo valemos, que valemos mucho y que gracias a sus impertinencias nos han recordado lo mucho que valemos.
Si tenemos compañeros que no lo valen es su problema, siento lástima porque no pueden sentir la maravillosa sensación que siento yo ahora, el primer cambio es interior, actuemos con el convencimiento interno de que nosotros nos merecemos lo mejor, pues elegimos una profesión que requiere un sacrificio que aquellos que nos denostan, tanto dentro como fuera, no tienen el inmenso placer de conocer. Para crear ese convencimiento interno nos valemos de noticias como la de los poquitos que se han apuntado a la infamia, eso nos refuerza, pero lo que realmente nos hace fuertes, y libres, es la toma de poder de todo nuestro poder interior, de la maravillosa capacidad para resistir que tiene nuestra fortaleza curtida en las calles de Madrid, y que cuando elegimos este trabajo ya conocíamos.
Por eso yo me miro al espejo y al no haber firmado nada me siento orgulloso, libre, y cuando me miro en el espejo de esos compañeros que están conmigo en la calle y veo la misma imagen que proyecta mi espejo me siento más orgulloso todavía, y mi individualidad transciende a la de un colectivo que hasta hora no era consciente de su fortaleza, y me digo, no firmo ni firmaré nada que me perjudique, soy consciente, soy fuerte y soy libre, soy Policía Municipal de Madrid por elección propia y me siento orgulloso de ello.