(...)Para ello no han dudado en olvidarse de quienes son y de quienes fueron (algunos); han vendido sus almas al diablo por dinero, algunos de ellos piensan que lo han hecho por poder pero, ?Que poder tiene quién lo debe todo?
Son marionetas en manos de quién no les respeta, les considera poco menos que ga?anes y no tendrá reparos en prescindir de ellos cuando llegue el momento. Mientras tanto otro grupo de mujeres y hombres que si tienen alma, que ponen su profesionalidad como escudo ante la infame egolatría y despótica sin razón de quién no entiende, ni nunca lo hará puesto que está en su genética política, las palabras Servicio Público; sufren las consecuencias de la estupidez de los que nunca deberían de haber dejado de ser sus ?hermanos? mayores.
Tal vez ganarán ?elementos decorativos? sobre sus hombros, pero si siguen por este camino perderán lo más importante que tiene un hombre: el respeto de su gente. Y será entonces cuando se darán cuenta de que han sido los seres más estúpidos sobre Tierra, de que el oro por el que han luchado toda su vida se ha convertido en plomo ante la incapacidad de tomar decisiones mas allá de: ?como has sido ni?o malo ahora me enfado y no te ajunto?.
Resulta insultante ver como reniegan de lo que son, como cogen polvo sus uniformes y sus cabezas se llenan de números y estadísticas falaces, porque estas no reflejan ni un mísero uno por ciento de la realidad de la calle.
Aquellos que algún día la pisaron ya no se acuerdan, tal vez no quieran, de cómo eran las cosas, de cómo tu compa?ero lo es todo cuando lo que te juegas va mucho más allá de lo que llevas o puedes llevar encima del hombro.
Han olvidado la satisfacción que produce hacer las cosas bien y trabajar para mejorar la vida de los que nos rodean. Se han sumido en las tinieblas de la destrucción personal, porque terminarán por darse cuenta de que los han convertido en ?don nadies? y colectiva, porque con su actitud hacen que todos parezcamos lo mismo y una cosa es segura: aquí hay gente que ama lo que hace, siente lo que viste y pone su orgullo y profesionalidad al servicio de los ciudadanos.
Se creen inteligentes porque algún tahúr de las finanzas les ha explicado como funcionan las empresas privadas, les ha disfrazado de esclavos con corbata, les ha convencido de que no somos personas sino números y de que cualquier parecido con nosotros es fruto de la casualidad.
No son inteligentes, porque estos ?números? todos los días hacen auténticas filigranas para resolver las más enrevesadas situaciones que nadie se pueda imaginar, porque no lo hacen porque se lo ordenen sino porque creen en lo que son y en su deber, porque van más allá de su obligación; no son inteligentes porque quién les ha ense?ado todas esas tonterías, es aun más estúpido y desconoce que a un profesional no se le puede tratar como un eslabón de cadena porque la romperá.
El problema es como hacer ver a un cegado, que vive un mundo ficticio, máxime cuando este no tiene ni voz, ni voto, ni respeto ante quién le ciega, cuando su orgullo se lo ha vendido al peor postor, cuando su alma profesional se ha reducido al espacio de las cuatro paredes de un despacho que más bien parece una cueva donde refugiarse del miedo que le dan sus ?números?.
Cada día que pasa el miedo les atenaza más y más ante la perspectiva de que un cualquiera puesto a dedo, no cuente con ellos si se salen del patrón que les han establecido. (...)
Firmado.
NORC
?No Os Rindáis Compa?eros?.
Si se ve bien y alguien puede ponerlo mejor....? (de los mandos policiales-11 de noviembre). A ver si lo ven estos "gualtrapas" y todavía les queda algo de vergüenza [/color]
:Enfadado_1no
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