La memoria de los niños puede ser más precisa que la de los adultos en los juicios

memoriaEl sistema legal norteamericano (y casi todos, por extensión) han asumido siempre que no todos los testimonios son igualmente creíbles, y que algunos testigos son más fiables que otros. Pero, ¿y si estuvieran equivocados?
Los investigadores Reyna y Brainerd argumentan que la memoria tiene dos mentes; es decir, que los recuerdos se capturan y registran de forma separada y diferente en distintas partes de la mente.
Estos investigadores comentan que los niños dependen más de la parte de la mente que registra "lo que ha ocurrido", mientras que los adultos dependen más de la otra parte de la mente que registra "el significado de lo ocurrido." A resultas de ello "los adultos son más susceptibles a los recuerdos falsos", lo que supone un serio problema en los juicios.
Las investigaciones realizadas por estos científicos muestran que los recuerdos basados en significados son los responsables de un amplio número de recuerdos falsos, especialmente en los testigos adultos. Debido a que la habilidad para extraer significados de la experiencia se desarrolla lentamente, es menos probable que los niños produzcan falsos recuerdos y más probable que proporcionen testimonios precisos cuando se les pregunta adecuadamente.
Estos resultados pueden tener una enorme importancia para el funcionamiento del sistema legal.
Los científicos han encontrado que los seres humanos poseemos dos tipos de memoria. Una llamada "memoria literal", en donde los sucesos registran de forma precisa y ajustada a los hechos. Los niños tienen más "huellas literales", pero, a medida que maduran, desarrollan más y más un segundo tipo de memoria: "la huella esencial", por la que recuerdan el significado de un suceso, su tono emocional, pero no los hechos precisos. La impronta esencial es la causa más habitual de recuerdos falsos; algo que ocurre con más frecuencia en los adultos.
Las teorías tradicionales de la memoria asumen que los recuerdos de las personas se basan en la reconstrucción de los sucesos, especialmente tras el transcurso de días, semanas o meses. Sin embargo, la teoría de Reyna y Brainerd plantea la hipótesis de que las personas almacenamos dos tipos de registros o recuerdos de nuestra experiencia: las huellas literales y las huellas esenciales.
Las huellas literales son los recuerdos de lo que realmente ha pasado. Las huellas esenciales están basadas en la comprensión de la persona sobre lo que ha ocurrido, o sobre lo que el suceso significa para ella. Las huellas esenciales estimulan los falsos recuerdos porque almacenan impresiones de lo que significa un suceso, y que puede entrar en contradicción con lo que realmente ha ocurrido.
"Cuando las huellas esenciales son especialmente fuertes pueden generar recuerdos fantasma; es decir, recuerdos vívidos e irreales de sucesos que no han ocurrido", afirma Reyna.


Fuente: National Science Foundation, 2008


Autor: Fernando Pérez Pacho.
Psicólogo desde hace casi 3 décadas, con título de Especialista en Psicología Clínica. Amplia experiencia en la formación a cuerpos de seguridad y personal de emergencias.

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