Un policía del País Vasco me preguntaba si desde una perspectiva psicológica se puede hablar de negociar con terroristas. Primero de todo, hay que tener en cuenta que el fenómeno del terrorismo no es un hecho unitario, y que no todos los grupos terroristas tienen un mismo funcionamiento, los mismos fines, etc.Os estoy preparando unos artículos al respecto.
Lo que sí tienen en común es una visión rígida de los conceptos que defienden (religión, nacionalismo ...) En la vida cotidiana nos encontramos con personas que se caracterizan por disponer de un pensamiento rígido, son poco flexibles, son incapaces de ponerse en el lugar de los demás (ausencia de empatía) y pueden incluso mostrarse ajenos al sufrimiento de otras personas. Es más, en ocasiones pueden pensar que tal sufrimiento lo tienen merecido. Estas serían algunas de las características centrales de lo que denominamos como Trastornos de la Personalidad.
Cuando alguien mata, observa el dolor que causa y permanece ajeno al mismo, incluso pensando que lo tienen merecido por no cumplir con sus demandas (inacapacidad de ponerse en el lugar del otro, ausencia de empatía); cuando alguien es capaz de generar tanto sufrimiento sólo por el hecho de pensar distinto (rigidez, incapacidad de ser flexible en los planteamientos); cuando uno piensa que sólo él y los que son como él tienen razón y los que me rodean quieren acabar conmigo, son enemigos (la máxima "estás conimigo o contra mí" algo paranoide), entonces, desde esta perspectiva, puede que el diálogo sea una pérdida de tiempo.
Esto no significa que todas las personas que cometen actos terroristas tengan este tipo de personalidad, pero los comportamientos que observamos son precisamente estos. Cuando alguien mantiene este tipo de creencias basadas en la nula flexibilidad cognitiva y en la rigides de planteamientos, el diálogo se torna una empresa descorazonadora. Es difícil que una negociación tenga resultados porque, el propoio pensamiento rígido del terrorista es incompatible con el principio de negociación, que implica flexibilidad por ambas partes.
Como prueba de ello observemos cuáles han sido los resultados de las negociaciones emprendidas. ¿Cómo puedes negociar con un terrorista islamista cuando lo que te está planteando es un tipo de sociedad radicalmente distinta? ¿Dónde está lo negociable? El mismo principio se podría aplicar al terrorismo de base nacionalista. Los unos piensan que están tocados por la mano de Dios y los otros por la mano de la razón. Hay algo de patológico en todo esto que no da demasiados argumentos para pensar que una negociación es posible.
Pero bueno, esto es una opinión muy personal y me gustaría mucho conocer vuestra opinión.
Autor: Fernando Pérez Pacho.
Psicólogo desde hace casi 3 décadas, con título de Especialista en Psicología Clínica. Amplia experiencia en la formación a cuerpos de seguridad y personal de emergencias.
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